Por qué establecer buenos objetivos nos ayuda a aumentar nuestra motivación

El deseo de cumplir nuestros objetivos nos mantiene motivados

La motivación es ese deseo o necesidad que hace que una persona actúe para conseguir sus objetivos. Por eso, elegir unos buenos objetivos es una de las características de los grandes deportistas.

Los objetivos deben ser alcanzables pero difícilmente alcanzables. Es precisamente, ese grado de dificultad para alcanzarlos lo que nos da “hambre” y mantiene en un nivel adecuado nuestra motivación.

Antes de iniciar cualquier viaje, necesitamos determinar nuestro destino, dónde queremos llegar. Establecer objetivos significa identificar qué queremos conseguir, cómo planeamos conseguirlo y cuándo esperamos conseguirlo.

Tener objetivos nos estimula y nos sirve para dirigir nuestros esfuerzos.

Durante años, el establecimiento de objetivos ha mostrado ser un procedimiento muy eficaz para la mejora del rendimiento deportivo y el desarrollo personal.

Un equipo de investigadores norteamericanos dirigidos por Locke y Latham examinaron que las personas en general y los deportistas en concreto, que se marcan unos objetivos tienen más probabilidad de tener éxito que los que no lo hacen. Según estos investigadores, tener unos objetivos explícitos que sean desafiantes y específicos, con una línea de tiempo clara y criterios de rendimiento, lleva a un mejor resultado.

¿Qué hace que los objetivos nos lleven al éxito?

Establecer objetivos apropiados empuja en la dirección en la que queremos ir, nos ayuda a esforzarnos en el trabajo de cada día, y nos permite mantener la ilusión y el compromiso con lo que hacemos.

Tener un objetivo motiva, y al conseguirlo nos hace sentirnos bien y se convierte en un estímulo para intentar lograr el siguiente objetivo, lo que contribuye a mantener la motivación y a desarrollar la confianza en nosotros mismos.

La motivación deportiva se basa en pequeños pasos que al unirlos hacen un conjunto mucho más grande y permiten afrontar retos más interesantes.

Errores que cometemos al establecer nuestros objetivos

En general, la gente es consciente de que los objetivos son importantes y se establece objetivos de algún tipo, sobre todo cada Año Nuevo: “quiero ganar esta competición”; “quiero estar totalmente recuperado de mi lesión para el 15 de agosto”; “quiero realizar mi marca personal”…

El problema no es que las personas identifiquen sus metas.

El problema es que establezcan las metas correctas, es decir, aquellas que les brinden instrucciones y aumenten la motivación para trabajar cada día y que les ayuden a aprender cómo mantenerlas y cumplirlas.

Porque podemos concentrarnos únicamente en nuestro objetivo de llegar a la cumbre de la montaña y agobiarnos por todo lo que todavía nos queda hasta llegar allí, y no disfrutar del ascenso. De esta forma perdemos por el camino el deseo y la fuerza para seguir luchando.

O en cambio podemos concentrarnos en la cumbre de la montaña, pero sólo para comprobar que seguimos bien la ruta, no porque llegar a la cima sea más importante. Saber que vamos en la dirección adecuada nos permite concentrar nuestra atención y disfrutar de cada paso, pero no debemos agobiarnos por lo que todavía nos queda por recorrer.

El papel que realmente tienen que cumplir los objetivos es el de liberarnos, para que podamos disfrutar del aquí y ahora.

Si iniciamos un viaje sin tener un destino fijo, es poco probable que el viaje, en sí mismo, nos resulte divertido. Si no sabemos dónde vamos o ni siquiera a dónde queremos ir, cada bifurcación en el camino se convierte en un lugar de ambivalencia, ni girar a la izquierda ni girar a la derecha parece una buena elección, ya que no sabemos si queremos acabar en el lugar al que llevan estos caminos.

Así que el lugar de fijarnos en el paisaje, en el escenario, en las flores que hay junto a la carretera, nos consume la duda y la incertidumbre.

La finalidad más importante de tener un objetivo, una meta futura, es disfrutar más del presente. Los objetivos son medios, no fines. 

Estar disfrutando y conectado al aquí y ahora es la estrategia más eficaz para conseguir aquello que nos hemos propuesto y además produce un incremento en nuestros niveles de bienestar en cada uno de los pasos del camino, y no únicamente en el momento álgido en el que conseguimos nuestro objetivo.

Un objetivo nos permite experimentar la sensación de estar vivos mientras nos esforzamos y en el deporte es clave para estar motivados y con la mente a tope.